Índice Glucémico (IG)
El índice glucémico (IG) es un valor que mide la rapidez con la que un alimento que contiene carbohidratos eleva los niveles de azúcar en la sangre.
Se basa en una escala de 0 a 100, donde:
- IG bajo: 55 o menos (liberación lenta de glucosa).
- IG moderado: 56–69 (liberación moderada de glucosa).
- IG alto: 70 o más (liberación rápida de glucosa).
Un IG más bajo es preferible para mantener niveles de energía estables, evitar picos de insulina y favorecer el control del peso, especialmente si estás buscando perder grasa.
Factores que afectan el índice glucémico
- 1. Composición del alimento: Más fibra, grasa o proteínas reducen el IG.
- 2. Método de cocción: Cocinar alimentos más tiempo puede aumentar su IG (ej. una zanahoria cruda tiene menor IG que una cocida).
- 3. Estado del alimento: Frutas maduras tienen un IG más alto que cuando están verdes.
- 4. Tipo de almidón: Algunos alimentos contienen almidón resistente, que tiene un IG más bajo.
Clasificación de Alimentos
por IG

IG BAJO (menor de 55)
Los alimentos con bajo índice glucémico liberan la glucosa de forma lenta y sostenida, ayudando a mantener los niveles de energía estables, controlar el apetito y mejorar la sensibilidad a la insulina. Son ideales para quienes buscan perder grasa, prevenir picos de azúcar en sangre o cuidar su salud metabólica.
Verduras
Brócoli, espinacas, zanahorias crudas, calabacines, berenjenas, pepino, espárragos, coliflor.
Son ricas en fibra, antioxidantes y fitonutrientes que favorecen la digestión, reducen la inflamación y aportan saciedad con muy pocas calorías.
Frutas
Manzanas, peras, cerezas, ciruelas, fresas, naranjas, kiwi, pomelo.
Estas frutas contienen fibra soluble, vitamina C y compuestos antioxidantes. Al tener bajo IG, son opciones seguras y dulces que no disparan el azúcar en sangre.
Cereales y legumbres
Avena integral, lentejas, garbanzos, frijoles negros, habas, soja, quinoa, trigo sarraceno.
Estas fuentes vegetales de proteína y fibra ayudan a prolongar la saciedad, equilibran el sistema digestivo y estabilizan la glucemia.
Lácteos
Yogur natural sin azúcar, leche entera o semidesnatada, kéfir.
Aportan calcio, probióticos y proteínas de alta calidad. En versiones sin azúcar, son muy útiles en dietas equilibradas.
Otros alimentos saludables
Frutos secos (almendras, nueces, avellanas), semillas (chía, lino, calabaza), chocolate negro (+70% cacao), aceite de oliva virgen extra.
Estos alimentos contienen grasas buenas, fibra y antioxidantes que ayudan a proteger el corazón y controlar el apetito.
IG moderado de 56 a 69

IG MODERADO (56–69)
Los alimentos con índice glucémico moderado elevan la glucosa de forma más controlada que los de IG alto, aunque conviene consumirlos con moderación, sobre todo si estás buscando controlar peso o mejorar tu sensibilidad a la insulina.
Verduras cocidas y almidonadas
Zanahoria cocida, remolacha, calabaza, batata asada.
Aunque tienen más almidón, son nutritivas y pueden formar parte de comidas equilibradas si se combinan con proteínas y grasas saludables.
Frutas maduras
Plátano maduro, mango, uvas, papaya, melocotón.
Aportan energía rápida y vitaminas, pero es mejor consumirlas en pequeñas porciones o combinadas con proteínas.
Cereales integrales y panes multicereal
Pan integral, arroz basmati, cous cous integral, maíz cocido, bulgur.
Son opciones más saludables que sus versiones refinadas, especialmente si se consumen en cantidades controladas y combinadas con otros macronutrientes.
Otros alimentos
Miel natural, yogures con fruta, barritas de cereales sin azúcar añadido.
Son alternativas útiles para momentos de actividad física o como snacks ocasionales, pero no deben formar parte del consumo diario sin control.
IG alto mayor de 70

IG ALTO (70 o más)
Los alimentos con IG alto provocan picos rápidos de glucosa en sangre, lo que puede generar fatiga, más hambre y acumulación de grasa si se consumen con frecuencia. Son adecuados en momentos específicos como después de entrenar, pero no deben ser la base de la alimentación diaria.
Alimentos refinados
Pan blanco, arroz blanco, harina refinada, cereales azucarados, galletas.
Aportan energía rápida pero carecen de fibra y nutrientes. Su consumo habitual puede dificultar el control del peso y del apetito.
Tubérculos muy cocidos
Patata cocida o al horno, puré de patatas instantáneo.
Cuanto más cocido o procesado esté el alimento, más alto será su IG. Se recomienda consumirlos en cantidades pequeñas y bien combinados.
Frutas deshidratadas y jugos
Pasa de uva, dátiles, zumo de naranja, jugos industriales.
Aunque son naturales, su concentración de azúcar y la ausencia de fibra provocan un impacto glucémico muy elevado.
Bollería y snacks procesados
Donuts, croissants, patatas fritas de bolsa, barritas con azúcar añadido.
Son productos altamente procesados que deben evitarse si buscas mantener tu salud metabólica y un peso equilibrado.
Cómo usar el IG en tu alimentación

¿Cómo usar el IG en tu alimentación?
El índice glucémico (IG) es una herramienta sencilla y efectiva para equilibrar tus comidas, controlar el apetito y cuidar tu energía. Aquí tienes algunos consejos prácticos:
1. Combina inteligentemente tus alimentos
Mezcla alimentos de diferentes IG para moderar su impacto. Ejemplo: arroz integral con lentejas y verduras, o un plátano con frutos secos.
2. Prefiere alimentos integrales y menos procesados
Elige cereales enteros, legumbres y verduras frescas. Evita pan blanco, arroz refinado o cereales industriales.
3. Cuida los métodos de cocción
Evita sobrecocer los alimentos. Por ejemplo, la zanahoria cruda tiene menor IG que cocida, y el puré de patata instantáneo es mucho más alto que una patata cocida entera.
4. Elige snacks con IG bajo
Algunas opciones saciantes y saludables son: yogur natural con frutos rojos, hummus con pepino, o chocolate negro (+70%) con nueces.
5. Ideal para controlar peso y energía
Una dieta basada en alimentos con IG bajo ayuda a mantener la saciedad, evitar bajones energéticos y mejorar la quema de grasa.
Conclusión final
Incorporar el conocimiento del índice glucémico (IG) en tu alimentación diaria no significa restringirte, sino elegir con más conciencia lo que nutre tu cuerpo, equilibra tu energía y respeta tu metabolismo.
Al priorizar alimentos de IG bajo y medio, combinarlos de forma inteligente y prestar atención a cómo cocinas y organizas tus comidas, puedes lograr grandes cambios: menos picos de hambre, digestiones más ligeras, mejor control del peso y una sensación real de bienestar.
Recuerda que la clave no está en la perfección, sino en la armonía y constancia. Comienza poco a poco, escucha a tu cuerpo y haz de tu alimentación un ritual de autocuidado.
Tu salud se construye cada día, plato a plato. Y tú mereces sentirte bien, desde adentro hacia afuera.